lunes, 7 de septiembre de 2009

En el parto como en el sexo

Adriana Tanese Nogueira

Para comprender el parto sobre una óptica diferente de aquella médica, es preciso asociarla a la sexualidad.
Muchas mujeres piden socorro porque tienen miedo al parto, están asustadas con lo que oyeron y vieron en hospitales públicos, novelas y cotilleos perinatales que siempre surgen.
El abordaje al parto no podrá cambiar si permanece en terreno médico. Por eso no es suficiente decir que el parto es fisiológico; a pesar de ser esto pura verdad, no constituye un aval para transformar la postura interior de la mujer.
Si, en vez, pensamos que el parto es cómo una relación sexual, podemos usar la metáfora de sexualidad para comprender mejor las exigencias que un parto demanda. El parto, cumplimiento de un proceso que se originó en una relación sexual, conserva con esta la misma esencia. Vamos entonces a ver cuál es esta.

Para que una relación sexual sea placentera usted precisa de:
- Como mínimo, gustar del compañero y él gustar de ti;
- Sentirse segura y a voluntad;
- Sentirse respetada;
- Sentirse concentrada;
- Sentirse relajada (física y mentalmente)
- Sentirse libre para expresar lo que siente, quiere y piensa;
- Estar con tesón!
- Tener intimidad y privacidad;
- Tener tiempo a voluntad;
- Tener algún conocimiento sobre sexualidad y reproducción;
- Estar bien con uno mismo (no estar angustiada con otras cosas y si lo estuviera conseguir resolverlo)
- Estar, en fin, enteramente presente.

Lo mismo vale para el parto:
- Precisa sentirse aceptada y acogida por las personas que están a su alrededor;
- Precisa sentirse segura (saber que nada extraño, extravagante y peligroso acontecerá);
- Sentirse respetada;
- Estar concentrada;
- Estar relajada (dejar acontecer);
- Sentirse libre para expresar lo que siente, quiere y piensa; ser libre para levantar, andar, girar, agacharse, callar, gritar, cantar, acostarse, beber…!
- Estar en trabajo de parto!
- Tener intimidad y privacidad;
- Tener tiempo a voluntad;
- Tener algún conocimiento sobre trabajo de parto y parto;
- Estar bien con uno mismo;
- Estar igualmente presente en tu parto, entera

Una relación sexual en que usted es pasiva y no activa no puede ser placentera. Igualmente un parto en el que usted es solamente un paciente no va a ser satisfactorio. Usted sufre violencia en una relación sexual cuando usted es cohibida a hacer o dejar de hacer lo que usted no quiere, no elige y no consiente en hacer. Todas las veces en que no somos protagonistas de los episodios de nuestra vida, ellos se presentan como amenazadores, tenemos miedo, nos sentimos a merced y nos tensiona. En el parto la falta de información y de reciprocidad transforma la experiencia en un acto de violencia, o en pésimo recuerdo. Una mujer-objeto (de la acción del médico) no puede abrirse, sino a la fuerza; solamente una mujer activa puede hacer el acto de dar a luz.

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