sábado, 25 de septiembre de 2010

Quien sea empeñado en que nuestros bebes no nos necesiten


Bueno, pues he aquí otro invento para alejar a los bebés de los cuerpos de sus mamis y a las mamis de sus instintos.
Cómo me gustaría mandar a paseo al trasto ese o a quien lo inventa.

Es que el cacharrito no tiene desperdicio, echadle un vistazo.

Descripción:

Sweetpeace, es la solución de Graco indicada para que la transición desde el útero materno al mundo exterior sea lo menos traumática posible. (Estos no se enteran de que lo menos traumático es la madre)

Características:
- Es el único tranquilizador para recién nacido. (¿lloramos o reimos?)
- Reproduce los movimientos maternos.
- Mantiene el vínculo entre los padres y el bebé, gracias a su posición elevada que permite que el pequeño forme parte de la actividad diaria de la familia. (Un vínculo de narices si señor)
- Sistema de audio de alta calidad que permite reproducir sonidos relajantes (latidos del corazón, sonidos naturales, etc), como se escucha desde el útero materno.
- Capota translúcida. La luz se filtra creando un agradable ambiente de protección.
- Con posibilidad de extraer el asiento de la base y utilizarlo como rocker. Ligero, con vibración y firme gracias a su base de caucho.
- Se puede conectar un mp3.
Funciones:
- 3 posiciones de balancín: hacia delante, hacia atrás y acunando.
- 2 posiciones diferentes de vibración.
- 6 velocidades de movimiento.
Bueno, pues el cacharrito está trayendo revuelo. Os pego aquí una carta que ya pulula por la red. Quizás se recojan firmas, no sé. La idea es enviarla a la empresa que lo vende.

Buenos días,

Hemos visto con inmenso estupor en la sección de bebés su "tranquilizador sweet peace".
¿No les parece que bastante faltos de cariño están ya, siempre aparcados en cunas y coches, alimentados con biberones, acallados con chupetes, apartados de sus madres por las noches por "métodos para dejar dormir" etc etc como para que sigamos con la mentira de que el amor también lo dan los aparatos y que se puede seguir sustituyendo por sucedáneos sin que pase nada (¿no han leído ustedes "El mundo feliz" de Aldous Huxley?)? Bastante humilladas estamos también todas ya desde que nos empezaron a robar la intimidad del parto con epidurales y oxitocinas sintéticas, cesáreas, monitores electrónicos etc etc. ¿Vamos a seguir contribuyendo a la desestructuración de nuestros hijos? Promocionen el amor y el contacto, organicen cursillos para enseñar a las mamás a recordar cómo se acuna a un bebé, cómo se canta una nana, cómo se transmite el amor, para que no olvidemos lo que nos caracteriza como seres humanos, aunque ello tal vez sólo indirectamente les reporte beneficios. Ya los obtinenen ustedes largamente con otros productos mucho más inocuos que éste. Su contribución al bienestar de los bebés, las mamás y las familias sería, de lejos, mucho mayor que vendiendo este terrible aparato, que sólo podría ser útil, tal vez, en lugares dónde se atienda a bebés huérfanos, que han sufrido tragedias y están desatendidos u otras situaciones especiales.

Rogamos encarecidamente, pues, que dejen de vender este artefacto cuyo único objetivo es deshumanizar todavía más a los recién nacidos y contribuir a que las madres olviden todavía más quienes son y cuál es su papel en la sociedad.

Esperamos y deseamos que su amabilidad y su conciencia sea más poderosos y atiendan nuestro ruego. Muchas gracias.

Atentamente

Las madres

viernes, 24 de septiembre de 2010

En el festival de cine de San Sebastián, el parto natural




El título, Genpin, está superpuesto sobre las palabras del filosofo chino Lao Tzu "El espíritu del valle nunca muere / Se llama la mujer misteriosa (genpin)". En la película, el tocólogo Tadashi Yoshimura reflexiona sobre la relación entre el alumbramiento y la muerte, y observa, más como ser humano que como médico, que negar la muerte es negar la vida. La vida nacida a este mundo, la vida que termina en el momento del nacimiento, la vida que acaba antes del nacimiento. Las vidas no cesan como vida aislada, sino que son prolongadas por la especie, y siguen. Con el fluir de las estaciones japonesas, Naomi Kawase entra en el círculo de las mujeres que van a dar a luz en la Clínica Yoshimura y en el mundo del Dr. Yoshimura, que lleva 40 años dedicado al campo del alumbramiento natural, y teje, incorporando el metraje que rodó con su propia cámara de 16 mm, la trama para esta película.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Caries infantil y lactancia materna

¿Qué es la caries?
Los dientes están recubiertos de un esmalte especial que los protege de cualquier agresión externa. Cuando esta capa va desapareciendo progresivamente por su descalcificación, deja de protegerlos y permite a los gérmenes presentes en la boca que puedan atacarlos.

El principal culpable de la caries es una bacteria llamada Streptococcus mutans (o S. mutans). Esta bacteria se transmite de la saliva de la madre o cuidadora al niño durante sus 30 primeros meses de vida y reside en la dentición, por lo que al menos el niño debe tener un diente para que se produzca la transmisión efectiva. La bacteria se alimenta de sucrosa y produce ácido como subproducto, degradando con ello el esmalte dentario.

En 1996, científicos de la Universidad de Helsinki observaron que los niños sin caries, tenían niveles muy bajos de esta bacteria. En cambio, los niños con caries tenían concentraciones extremadamente altas, como unas 100 veces superiores.

La caries aparece en los dientes como manchas blancas, depósitos de placa o sarro marronoso, y puede llegar a causar pequeñas fracturas o cavidades. La destrucción del diente se extiende propagándose al diente definitivo que aún se encuentra escondido. Una vez empieza, es cuestión de tiempo que se extienda y ataque a toda la dentadura.

Incidencia
Se considera que la caries es la enfermedad infecciosa más habitual en los niños americanos (de 5 a 8 veces más que el asma), con un 8,4% de niños afectados menores de dos años y un 40,4% a los 5 años. De esos casos, un 47% de los niños entre dos y nueve años nunca recibe tratamiento. La caries en los dientes de leche es uno de los motivos principales de hospitalización en niños y tiene un elevado coste sanitario.

¿Cuáles son sus causas?
Varios factores pueden producir la caries dental. La principal causa es una alimentación rica en azúcares que ayudan a las bacterias a corroer el esmalte, aunque, dependiendo del tipo de azúcar, su incidencia varía. Otras causas son una mala higiene dental, la ausencia de flúor en el agua y la propia genética, que como se ha demostrado provoca la aparición de caries en algunos niños especialmente sensibles a pesar de seguir unos hábitos profilácticos correctos.

Si bien la bacteria S. mutans es la principal responsable de la caries, se han encontrado otros factores que también muestran una inesperada correlación con este problema: complicaciones durante el embarazo o el parto, nacimiento prematuro o por cesárea, diabetes materna, enfermedades renales, incompatibilidades del Rh, alergias, gastroenteritis frecuentes y diarrea crónica. Además, una dieta rica en sal o baja en hierro y el uso de chupete parecen favorecer también la aparición de caries.

Antes de la aparición del primer diente, alrededor de la mitad de los niños de 6 meses ya están infectados con Streptococcus mutans. Según una investigación, a los 24 meses de edad el 84% de los niños había desarrollado una colonia considerable. Los factores asociados a estos casos fueron la ingesta de bebidas dulces antes de dormir, tomar demasiados alimentos dulces, picar entre comidas, compartir comida con adultos y una presencia muy alta de dichas bacterias en la madre. Por el contrario, la falta de bacterias se asoció básicamente con el cepillado habitual de los dientes.

Caries causadas por biberones
Una vez que los dientes empiezan a salir, una de las causas más habituales de su aparición se denomina caries del biberón, producida por un contacto frecuente con la leche o zumos, especialmente si se deja al bebé con el biberón para dormir, usándolo como un chupete. Si el bebé necesita del biberón para usarlo como chupete, es imprescindible que sólo contenga agua. Nunca se debe mojar con miel o azúcar.

¿Y la lactancia materna?
Según La Liga de la Leche Internacional (LLLI), “habitualmente se considera que la lactancia materna es la causa de la caries dental, puesto que no se hace distinción entre las diferentes composiciones de la leche materna y artificial, y entre los diferentes mecanismos de tomarla. Al pecho, el pezón se sitúa al final de la cavidad bucal, evitando que la leche caiga alrededor de los dientes, a diferencia de cuando se succiona de una tetina. Sólo tenemos que considerar la abrumadora mayoría de niños amamantados con dientes sanos para saber que deben haber otros factores implicados.”

Kevin Hale, asesor de pediatría dental de la academia Americana de Pediatría, comenta que "la mayoría de dentistas y madres lactantes no se llevan muy bien porque los dentistas no acaban de creerse los estudios científicos que demuestran que la lactancia no contribuye a la caries." Aunque la leche humana no provoca caries, algunos estudios han mostrado que puede contribuir a su desarrollo en aquel pequeño porcentaje de niños que están en la zona de riesgo (por razones hereditarias, por ejemplo).

Según la Academia de Medicina de la Lactancia, “sería evolutivamente suicida que la leche materna causara caries porque la selección natural hubiera eliminado los casos más serios. Hay 4.650 especies de mamíferos y todos ellos amamantan a sus crías. La raza humana es la única con problemas serios de caries”

La Liga de La Leche insiste en que "un pequeño porcentaje de niños amamantados desarrolla caries a pesar de la leche materna, no por su culpa”, y añade “cuando se plantea el destete, se debería tener en cuenta las múltiples ventajas de la leche materna frente a la leche artificial, por lo que se debería respetar la decisión de la madre. En lugar de proponer un destete por culpa de la caries, el dentista debería investigar la causa de fondo del problema.”

Cuanto antes se detecte mejor
El problema principal de la caries es encontrarla a tiempo. Nos puede parecer imposible que un bebé pueda desarrollar tal problema, ya que siempre lo asociamos a un adulto, con lo que las visitas al dentista se demoran hasta que, a veces, resulta demasiado tarde. Los pediatras a menudo no reconocen los primeros síntomas, en parte porque tampoco es su tarea (ésta correspondería a los dentistas infantiles). Las caries recientes no suelen verse a simple vista y necesitan de ciertos artilugios para ser descubiertas; en cambio, las de larga evolución si suelen verse fácilmente. Los bebés y niños con caries tienen una gran probabilidad de desarrollarla también en sus dientes definitivos, así que el problema es bastante grave.

¿Qué se puede hacer?
Las recomendaciones básicas se centran en aquellos casos en que las personas que están en contacto más estrecho con el niño tengan problemas de caries. Es básico que estas personas sigan una dieta equilibrada y tengan una buena higiene dental para disminuir considerablemente el riesgo de caries del bebé.

¿Que tratamiento seguir?
Una vez se ha diagnosticado caries en un bebé, el tratamiento debe ser de choque para frenar su desarrollo y evitar la cirugía. Algunos dentistas recomiendan usar una minúscula cantidad de pasta de dientes fluorada, mientras que otros prefieren un cambio en la dieta. Consideran que la salud dental de un bebé empieza desde el momento de su fecundación, con lo que la dieta materna es fundamental. Lo mismo se puede decir una vez nacido, pues la dieta del bebé depende básicamente de lo que coma su madre.

Un estudio publicado en la revista Lancet informa de la relación existente entre la ingesta de plomo por parte de la madre y la incidencia de caries en sus hijos, y explica con ello el incremento de caries en niños que habitan en zonas industriales.

La vitamina D incrementa la absorción de calcio, por lo que ayuda a tratar la caries, pero es tóxica si se toma en grandes cantidades. En un estudio de 1996, se encontró que una combinación de vitamina D, C y calcio, mejoró la salud bucal de los niños.

Como el flúor es una neurotoxina que inhibe la absorción de calcio, muchos médicos están en contra de tratamientos con flúor y prefieren un cambio de dieta (sin dulces y con vitaminas) e higiene dental.

¿Para qué sirve el flúor?
El flúor es una sustancia natural que refuerza el esmalte dental haciéndolo más resistente a la caries. También interfiere en el proceso en el que las bacterias metabolizan el azúcar para producir ácido, denominado glicólisis.

Normalmente se presenta como pasta de dientes fluorada (usada por 450 millones de personas), sal (50 millones) o añadida al agua de beber (210 millones). La principal fuente de flúor natural se presenta en el agua de beber, aunque también en algunos lugares puede encontrarse en el aire y en ciertas plantas. Se ha demostrado que una proporción de 0,5 a 1,0 mg/litro reduce la aparición de la caries dental. Pero la ingesta excesiva puede causar fluorosis dental, que se caracteriza por la aparición de manchas, falta de brillo o cambio de color de la dentadura a amarillo o marrón.

Remineralizar los dientes tan pronto como se detecta el problema, mediante un cambio en la dieta y la ingesta de flúor, puede repararlos pero no destruirá las bacterias. Para ello es primordial cepillarse o enjuagarse los dientes.

¿Pero todo es culpa de la dieta?
La verdad es que a pesar de que la alimentación es uno de los factores que más pesan en la aparición de la caries, puede haber gente con dietas desaconsejables que nunca la padezca; en cambio, otras personas pueden comer muy bien y tener graves problemas. Pero nunca está de más tener precauciones, así que un buen cepillado, evitar dulces y una dieta equilibrada es fundamental.

www.crianzanatural.com

lunes, 20 de septiembre de 2010

Lo que se oculta tras la cuestión del velo islámico

Es que no tengo palabras para describir lo que afina Casilda Rodrigañez en sus escritos. Esta mujer tiene un don y es extremadamente generosa poniendolo todo a nuestra disposición http://www.casildarodrigañez.org/

El caso es que el que tenga oidos para oir que oiga, en este caso que lea.

Sólo pongo algunos trozos, así que os motiva lo suficiente en su página lo podeis leer enterito.

"¿Por qué el velo de la madre Teresa de Calcuta, por poner un ejemplo, no se considera un atentado a la dignidad de la mujer y en cambio el de la mujer islámica si? ¿Cual es la diferencia? ¿Qué es lo que explica la actual persecución del velo islámico?
En mi modesta opinión es que detrás de la prohibición del velo islámico se cuece y se oculta una política de choque de civilizaciones, adobada de islamofobia. La importancia y el alcance político de lo que se cuece y se oculta detrás de la polémica sobre el velo islámico es lo que se cuece y se oculta en el cuerpo de la mujer que se tapa con el velo islámico: su sexualidad prohibida.

Decía Cervantes, en la famosa arengadel Quijote a los cabreros, que las mujeres de la edea de oro (es decir, antes del patriarcado y de la sociedad esclavista) andaban 'en trenza y cabello', es decir, destocadas y sin riesgo de que lujuria alguna pudiera ofenderlas. Hace poco leí también un artículo sobre los Mosuo, el pueblo matrifocal del sur de China, uno de los pocos que perviven en el que las relaciones de parentesco no se basan en el marimonio y gozan de libertad sexual, en el que la articulista destacaba la ausencia de agresiones y de violencia sexual que dicha libertad producía. Esto mismo decía también Cervantes, sobre la mujer en la Edad de Oro, pues en la sociedad anterior al tabú del sexo, en ausencia de represión de las pulsiones sexuales, la sexualidad de la mujer era igualmente libre y podía manifestarse libremente sin temos a agrsión o abuso; y yo añado, siguiendo a Reich, a Bornemn y a tant@s otr@s , que no solamente podía sino que la libertad sexual femenina era un elemento imprescindible de la armonía entre los sexos.

El régimen de represión sexual vino acompañado de las túnicas y de los velos para ocultar el cuerpo y su capacidad de seducción [...]. Estamos hablando de las tiempos en los que xistía todavía esa otra sexualidad femenina que ahora ha desaparecido debido, según palabras del propio Freud, a haber sido objeto de una represión particularmente inexorable, y que por ello ahora es dificil de devolver a la vida. [...]

Sin embargo, esa sexualidad que ha sufrido una represión particularmente inexorable no ha desaparecido del todo. Mientras que la cultura occidental-anglosajona iba poniendo a punto un modelo de mujer masculinixada, con unas enormes dosis de violencia interiorizada para inhibir toda su sexualidad no falocéntrica, en las cárceles del patriarcado islámico se ha mantenido esa sexualidad en cautividad. Como el insecto fósil que se ha conservado en el interior de un trozo de ámbar, la otra sexualidad femenina ha seguido produciéndose enclaustrada en los espacios femeninos que la cultura islámica ha mantenido, unos espacios de concentración femenina, en las aldeas y en los barrios de las ciudades. El peligro es que con la globalización y los movimientos migratorias y turísticos, la mujer occidental puede entrar en contacto con la mujer que se esconde tras el velo islámico, y descubrir que su cuerpo es otra cosa distinta de lo que ahora cree que es. (Descubriríamos que nuestra cultura ya no necesita de velos que nos cubran porque perdimos y requeteperdimos esa otra sexualinad que nos pertecece... de nosotras ya nada hay que temer, para que nos van a esconder, esto es mío, ehh. Pero sigo) Porque entonces, eso que parece tan difícil de volver a la vida, quizá dejaría de serlo, y nuestros cuerpos acartonados recuperarían facilmente su vitalidad.

[...]Lady Montagu en sus cartas, publicadas en 1781, aseguraba que las mujeres árabes tenían más libertad, incluida la sexual, que las europeas, y eran más abiertas y hospitalarias. Decía, entre otros comentarios significativos, que se reían del corsé con el que 'los maridos occidentales encerraban a sus esposas'. (ahora el corsé se llama sujetador, mío también). Ellas, con el cuerpo desnudo y libre bajo la túnica, no podían entender el uso de una prenda como el corsé.

[...]Cuando entramos en el hamman nos quedamos petrificadas, como si estuvieramos en otro planeta, en una historia de ciencia y ficción: una sala grande y las mujeres sentadas en el suelo, en pequeños grupos, haciendo corrillos, desnudas, echándose agua unas a otras con cubos y palanganas, cahrlando, riendo, echándose henna, comiendo naranjas, ofreciéndose gajos y flores de azahar unas a otras, de todas las edades, ancianas, menos ancianas, jóvenes, niñas, etc. [...]Nunca había visto un tipo de mujeres así, la manera de reirse, el brillo de sus ojos, la forma de hablarse unas a otras, la sensualidad, la complicidad, sobre todo la confianza, la confianza en colectivo, en grupo, como la de los cachorros de una camada de perros, arrebujadas unas con otros y que se dejan caer unas encima de otras, como la cosa más obvia y natural del mundo. Todo era sorprendente, tanto la expresión de cada mujer, como la relación entre ellas, y lo más sorprendente de todo era la existencia del colectivo humano con ese grado de confianza e intimidad que sólo se da en las relaciones cotidianas.

[...]Aunque en aquel momento no entendí lo que había visto, la conmoción se quedó grabada, y varios años después [...] la conmoción se convirtió en una convicción: había visto con mis ojos un atisbo de lo que Freud decía que era tan difícil de devolver a la vida. [...] Ahora se podía entender el porqué esas mujeres tenían que llevar velo e ir por la calle tapadas y bien tapadas: para que no se viera lo que no tenía ni siquiera que existir. Lo que no podía trascender al espacio público y debía permanecer enclaustrado.

Hay pues, una sexualidad femenina (no falocentrica, claro está) que se ha conservado en el mundo musulman [...]una sexualidad, encerrada y cercada, pero también de algún modo reconocida. Pues el espacio colectivo femenino que supone el hamman, (todas las tardes se reservaba de tres a ocho de la tarde para el baño femenino) implica un reconocimiento que nosotras las mujeres europeas no tenemos, y es difícil de imaginar que los hombres de nuestra sociedad acepten que sus mujeres se pasasen todas las tardes de su vida juntas en un baño turco como el del cuadro de Ingres. Porque no es que fuesen nada más que a lavarse. Las mujeres del Fez estaban allí solazadas, instaladas, pasando la tarde [...]

La dominación del hombre sobre la mujer extendida sobre todo el planeta a lo largo de 5000 años, ha adoptado diferentes formas y cauces, y uno de ellas es la forma que adoptó en el mundo islámico: el hombre es dueño dela mujer a la que encierra y oculta para su uso exclusivo. Pero este modelo basado en una represión externa estricta de la mujer, al menos en la apariencia actual, es en cambio más laxo en cuanto a la exigencia de autorepresión de las pulsiones sexuales; y la mujer árabe tiene menos interiorizada la represión, lo cual le permite conservar en alguna medida su sexualidad no falocéntrica, esa que en otros modelos se ha ido cercenando de un modo tan absoluto, con un medio infalible: eliminando los espacios colectivos de mujeres. [...]

Nosotras con nuestros cuerpo acartonados podemos andar tranquilas exhibiendo nuestros cuerpos en estado de acorazamiento y de retracción pulsátil en el que habitualmente sobrevivimos. Y ponernos ropas bien ajustadas, porque cuanto más apretadas menos libertad y menos posibilidad de pulsación corporal. El acorazamiento convierte la epidermis preparada para el contacto externo, en su contrario, en una armadura exterior, en un sistema de defensa, visiendo a ser como una ropa ajustada como una segundalinea de defensa. En cambio la ropa suelta (las mujeres musulmanas suelen ir desnudas debajo de las túnicas), deja el cuerpo por debajo libre. [...]

Creo que la afirmación de que la tunica y el velo menoscaban la dignidad de la mujer [...] es una verdad a medias [...] Lamujer utiliza la túnica y el velo para no exhibir públicamente su sexualidad y para preservar una intimidad que en este mundo de represión no puede ser mostrada. Y porque tapandose con túnicas y velos no tienen que tensar ni encoger el cuerpo para mostrarse con el adecuado nivel de rigidez corporal que esta sociedad requiere[...] Es mejor ponerse un velo que tensar los músculos y convertie la propia cara en una máscara. [...]

Lo que sucede es que se aprovecha el desconocimiento de la situación, y la ignorancia respecto a la sexualidad femenina, para dar una visión torticera del uso del velo; y sobre todo para que no nos percatemos de que existe esa otra sexualidad, ni nos percatemos tampoco de la represión que las mujeres occidentales tenemos interiorizada que es precisamente lo que hace innecesario el tipo de represión externa que sufre la mujer musulmana [...] Entonces ciertament, con nuestro grado de acartonamiento tenemos libertad para andar por la calle, y medio desnudas si queremos. [...]

Para encarcelae las células, las visceras, la memoria y la conciencia hace falta un proceso represivo desde la etapa primal durante toda la infancia, que es lo que hace nuestra sociedad.

En pocas palabras, se contrapones la condición de la mujer islámica como una situación de represión, a la nuestra como si la nuestra fuese una situación de libertad, cuando en realidad se trata de dos modelos de represión diferentes, uno con mayor grado de represión externa y otro con mayor grado de auto-represión. [...]

Nuestros cuerpos tienen mucha, muchísima violencia interiorizada, para tener el grado de acartonamiento que tienen. Nuestros cuerpos están hechos de la represión de nuestras pulsiones sexuales a lo largo de todo su desarrollo desde que nacemos (empezamos a vivir desposeídas del cuerpo materno, lo que implica la congelación patológica del sistema libidinal de la etapa primal). [...] Para entender la persecución actual al velo islámico se requiere la perspectiva histórica de todo lo que se ha hecho para eliminar esta sexualidad femenina, tanto física como conceptualmente[...] pasando por la actual medicalización de la maternidad y todos los tabús y prohibiciones tradicionales perpretadas para sustraer la sexualidad del proceso fisiológico materno [...]

Lo que se persigue con esta prohibición no es devolver la dignidad a la mujer, sino normalizar el modelo falocéntrico de mujer en el mundo islámico, y que las mujeres musulmanas, al quitarse el velo tengan que interiorizar la represión como hacemos las europeas.[...]

Hoy como hace 5000 años, el principal enemigo de la dominación es la sexualidad femenina de la que depende la verdadera maternidad, y por lo tanto, la vía fundamental de recuperación de la humanidad.

Ufff ahí queda eso

martes, 14 de septiembre de 2010

¿Será esto conciliación laboral?

Sé que algún día no muy lejano las mamás que así lo queramos podremos conciliar nuestra vida laboral y familiar tan ricamente como lo hacen estas madres.

http://206.251.72.146/interactive/cool_stuff/working_moms.html

¡Son de este planeta!

A dejar a los peques en las guarderías no podemos seguir llamándolo medidas de conciliación laboral, no nos dejemos engañar más.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Quizás un feminismo mal entendido "Mamiferas"

Pinchad en la imagen para poder leerlo ufff... creo que va causar revuelo.


artículo "Mamíferas" que Edurne Uriarte ha publicado en la revista "Mujer de Hoy", en su edición de este Sábado.
Bueno, aquí teneis todo lo que a mi me gustaría decir sobre ello y que nunca podré como lo hace ella, Ileana, http://www.tenemostetas.com/2010/09/feminismo-maternidad-y-politica.html
Es una pasada leerla.

Parir como diosas

Mujeres urbanas están comenzando a reclamar el parto vertical, sentadas o en cuclillas, que aún practican de manera satisfactoria las indígenas y campesinas en distintas partes del planeta…

Figuras arqueológicas muestran a diosas y a mujeres pariendo desnudas en estas posiciones. Una de ellas, con seis mil años de antigüedad, muestra a la Gran Diosa de Catal Hüyük (Anatolia, hoy Turquía) pariendo desnuda sentada en un trono, flanqueada por dos leopardos sobre los que apoya sus manos mientras su vagina comienza a coronar. El trono de gobierno de esta primigenia Diosa de la Vida es la silla de parto de la mujer prehistórica del neolítico agrícola.

En Australia, la Serpiente Arco Iris fue pintada en una cueva como una parturienta desnuda y con las piernas abiertas y flexionadas -en forma de m- luego de haber parido a las madres de los ancestros australianos que aparecen en la pintura rupestre debajo de la diosa creadora.

En Mesoamérica, los aztecas esculpieron una hermosa escultura de Tlazolteotl (la diosa luna de la fértil tierra, patrona del erotismo, del parto y del destino) pariendo desnuda en cuclillas, las manos sobre sus nalgas y la boca abierta mostrando los dientes y gritando mientras emerge un bebé hacia abajo y mirando hacia adelante de entre sus piernas. Tlazolteotl apoya sus pies sobre unos tacos de pocos centímetros elevando los talones para así estabilizar la postura.

Una Pachamama pariendo en cuclillas, con la luna, el sol y las estrellas pintados sobre el rostro, fue desenterrada en Villa Las Rosas, ciudad de Salta, Argentina. Una de las tantas imágenes que representan el conocido parto vertical precolombino como así también el poder sagrado de la Diosa Tierra (1). Los gestos y actitudes de estas y otras diosas son un reflejo de las prácticas y tradiciones de las mujeres respecto del parto, a la vez que el parto vertical y en cuclillas de las diosas es un arquetipo femenino creador de la vida y de la cultura.

Estas prácticas persistieron en las primeras sociedades patriarcales de Occidente como eran la griega y la romana. La diosa Ilitia, patrona de las parturientas y las parteras griegas, suele aparecer arrodillada representando tanto a la partera como a la parturienta en una variante de la posición en cuclillas. Y durante el Imperio Romano se tallaron frisos que muestran la forma en que parían las mujeres: sentadas en un sillón mientras que la partera espera arrodillada y otra mujer sostiene a la parturienta por debajo de los brazos (2).

En las crónicas sobre el Buda, que se remontan al siglo V A.C., encontramos a la reina Maya pariendo parada. Ella viajaba con su cortejo y a medio camino comenzó el trabajo de parto. El cortejo se detuvo y la reina se adentró en el bosque junto con sus doncellas, que formaron un círculo en torno a ella. Maya tomó con sus dos manos la rama flexible de un árbol y comenzó a parir en forma vertical al pequeño príncipe. Una estatuilla procedente de la India del siglo XVI sigue mostrando esta forma de dar a luz: una mujer parada junto a dos mujeres, una a cada lado, a las que abraza apoyando sus brazos en los hombros de sus compañeras pudiendo de esta manera poner los pies sobre la tierra y flexionar las rodillas; bajando y subiendo el cuerpo con cada contracción. Las dos compañeras llevan frascos con preparados de hierbas que aplican masajeando el vientre de la parturienta. Las tres figuras se completan con la partera arrodillada recibiendo al niño o niña que emerge cabeza abajo.

En la Europa cristianizada el parto seguía estando en manos de las mujeres y de las parteras, que heredaron estas prácticas ancestrales. Sin embargo, la persecución de las brujas -muchas de las cuales eran parteras experimentadas- y la naciente medicina moderna durante el Renacimiento transformaron progresivamente el parto natural vertical en una enfermedad y a la parturienta en una paciente débil y sin conciencia que debía permanecer en posición horizontal en la cama, y más tarde en el hospital. Esta inmovilidad y debilitamiento psicofísico estaba sustentados por otras posiciones sexuales, sociales, religiosas y económicas de opresión. El parto horizontal en la cama matrimonial es consecuente con la postura de la mujer durante el acto sexual y está asociado con estar enferma en la cama y con entregar el cuerpo al accionar del médico.

En Argentina, se ha presentado un proyecto para “humanizar el parto”. Este reconoce el derecho de la parturienta a estar acompañada por una persona de su confianza durante el parto. Hay países donde en clínicas privadas también se permite esta compañía, pero es apenas un primer paso, insuficiente para cambiar las prácticas médicas del parto horizontal. Esta presencia podría aminorar el maltrato psicofísico que sufren las parturientas en hospitales y clínicas, públicas y privadas, siempre y cuando el/la acompañante no termine aliándose con el médico y reforzando el sometimiento de la mujer o desmayándose y generando culpas en la parturienta. Parecería más conveniente que la mujer vaya acompañada por una mujer (familiar o una amiga) que ya haya pasado por la experiencia del parto y tenga una conciencia formada de respeto y dignidad hacia la mujer que está dando a luz.

La compañía durante el parto no toca ni modifica las prácticas médicas del parto horizontal en sí mismas, entre las cuales, según la nota “Parir” del suplemento Las 12 (3), están atar a las parturientas a las camillas, silenciarlas, no dejarlas deambular ni ponerse en cuclillas. Una práctica patriarcal en la que, según especialistas consultados, la corporación médica se apropia del parto, maltratando con expresiones desvalorizantes a las parturientas, tratándolas como niñas tontas y culpabilizándolas si el parto se alarga o se complica, cuando en realidad es la misma posición horizontal la que alarga y complica el parto, aumentando el sufrimiento de la mujer y del feto que debe transitar por un canal que se ha estrechado e ir en contra de la ley de la gravedad mientras que la madre, inmovilizada, no dispone de todo su cuerpo para parir.

Esta evidencia ampliamente certificada por médicos especialistas en parto vertical es constantemente ignorada en las facultades de medicina de nuestro continente. Al enseñar e imponer aquella posición antinatural que anula la energía corporal y la conciencia de la parturienta para moverse y dirigir el parto, la corporación médica le da la espalda a milenios de experiencia femenina. Las hembras sapiens han parido a la humanidad en cuclillas y en posición vertical desde la prehistoria y aún lo siguen haciendo en grandes áreas del planeta con éxito y eficacia, pariendo más rápido y con menos dolor.

El parto horizontal rompe con esta experiencia milenaria presentándose desde hace apenas unos pocos siglos como la única forma aceptable y exitosa de parir, lo cual es parcial y cuestionable. Una nota de la revista argentina Clarín daba cuenta tiempo atrás del éxito del parto en cuclillas entre mujeres indígenas del sur del Brasil, con menos complicaciones que las mujeres occidentalizadas. Sin embargo, pocas veces las corporaciones médicas toman en cuenta la experiencia de las mujeres, menos aún la de los pueblos originarios, y desacreditan ese saber desde el más puro androcentrismo. Una imagen sintetiza esta negación. En libros de obstetricia y enciclopedias de divulgación médica se suele mostrar el perfil de una embarazada parada con el bebé saliendo por el canal de parto, arqueándose a través del mismo, emergiendo hacia abajo y adelante. Esta imagen del parto natural-vertical luego es negada en la práctica médica con el parto horizontal.

Con todo, en estos últimos años han surgido agrupaciones de mujeres, médicos y parteras que vuelven a estas ancestrales prácticas integrándolas a los conocimientos modernos. La cuestión de fondo es saber si el Estado modificará el parto horizontal en la enseñanza y práctica médica para que los beneficios del parto vertical lleguen a las mujeres de todos los sectores a través de una política de género que humanice el parto de manera integral y en consonancia con los derechos de las mujeres.

Como en muchos otros temas de la problemática femenina, los símbolos y creencias religiosas pueden jugar a favor o en contra. Tener un dios masculino que crea sólo con la palabra y saca a la mujer de la costilla de Adán, por ejemplo, cuando en el mundo natural ninguna mujer nace de un varón y ninguna hembra (o varón) de un macho, es un modelo simbólico muy distinto a tener primigenias diosas que crean con sus cuerpos desplegados, dinámicos y concientes; accionando durante el propio parto y sobre la creación que están llevando a cabo.

La influencia del modelo religioso cristiano puede verse en la práctica del parto horizontal donde el médico aparece como creador. Es él quien “saca el bebé del cuerpo de la mujer”, el que “lo trae al mundo”. El médico controla y dirige el parto mientras que la parturienta es una participante pasiva y asustada que sólo puede mirar al techo de la sala de partos y acatar órdenes sin demasiada conciencia de lo que sucede en su cuerpo ni lo que otros hacen con él.

En posición horizontal la mujer no ve nacer a su hijo o hija, el médico sí. La parturienta asume una posición incómoda, limitada y dolorosa para que el médico se mueva cómoda y libremente.

Por otra parte, haber pasado de aquellas diosas creadoras con cuerpos desnudos y activos a la figura de María como modelo femenino ejemplar, ha tenido consecuencias directas sobre la experiencia del parto como así también sobre el cuerpo, la sexualidad, la anticoncepción y la conciencia autónoma de las mujeres.

A María nunca se la representó pariendo y pocas veces embarazada o dando de mamar. “La Madonna del Parto” de Piero della Francesca (1460) es uno de los pocos frescos donde la Virgen aparece con un prominente vientre de nueve meses, parada y con un vestido medieval color verde mientras dos ángeles abren las cortinas de la cueva-tienda para dejar a la vista a la que va a parir (4).

Muchas veces se ha comparado la vida de Buda con la de Jesús. Sin embargo, el parto de María ha sido ocultado, reforzando la pasividad e ignorancia de las mujeres occidentales sobre el cuerpo y la sexualidad femenina. O bien ridiculizado, como cuando las monjas de mi escuela primaria nos decían que Jesús había nacido de la rodilla derecha de María y que ella no había sentido nada. De la misma manera las madres tuvieron que mentir a sus hijas sobre el proceso natural del parto con aquello de “salir de un repollo” o “venir de Paris”.

Aún en las películas, María suele aparecer pariendo acostada convenientemente tapada, cosa que ninguna mujer de su época haría, más aún si iba a tener que asistirse a sí misma, ya que los relatos bíblicos no mencionan partera alguna.

Entonces su posición habría sido permanecer sentada o en cuclillas, pariendo sobre unas mantas. Además, el arte cristiano persiste en presentar a María con un cuerpo femenino preadolescente, sin pechos desarrollados y sin curvas, pronunciadamente delgado. Hasta hubo épocas, como la colonial en América Latina, en la que la iglesia católica prohibió a los artesanos modelar el cuerpo de la madre de Jesús exceptuando el rostro y las manos montadas sobre un soporte, oculto debajo de los amplios vestidos de la Virgen.

El mandato aceptado por María de “hágase en mí según su voluntad”, es decir la del dios masculino, ha sido otro elemento simbólico para subordinar el cuerpo y la conciencia de la mujer durante el parto horizontal al poder del médico patriarcal.

Para las mujeres de culturas precristianas, parir verticalmente asistidas por parteras experimentadas y acompañadas por parientas que ya han pasado por esa experiencia iniciática, era un importante ritual femenino que expresaba la dignidad y el poder de la mujer dentro de la comunidad. Y allí estaban las diosas y las Pachamamas para guiar a las mujeres con actitudes y posturas que liberaban las energías del cuerpo y del alma en el momento de parir y en otras situaciones.

Los movimientos y contorsiones de la que está dando a luz en posición vertical dieron origen a muchas danzas del vientre y, el lugar del parto a un espacio sagrado, cálido y protegido que los templos reprodujeron con capillas, arcos y formas vaginales y uterinas. Los gemidos y gritos de la parturienta, sus instintos liberados, sus sensaciones orgásmicas y la técnica de parto vertical en sí misma servían de instrucción para las novatas que eventualmente presenciaban el parto. Y en un caso de emergencia podían parir solas.

Indígenas latinoamericanas suelen hacerlo, dando a luz en cuclillas sobre la tierra depositando al bebé con su vagina sobre una manta o un colchón de hojas y recibiéndolo con sus propias manos. En medios urbanos esto también suele suceder cuando una joven da a luz sobre el piso del baño siendo ella misma, partera y parturienta.
¿Por qué en nuestra sociedad las mujeres no presenciamos el parto de otras mujeres y sólo comenzamos a tener una vaga idea cuando ya estamos en la camilla de parto horizontal sin poder ver y decidir? Ver anticipadamente la práctica del parto horizontal -y del vertical- brindaría a las mujeres una mayor conciencia sobre lo que ocurre con sus cuerpos y sobre cuáles son las posibilidades para parir de otra manera más satisfactoria.

Imagino que la corporación médica, tarde o temprano, tendrá que asumir su propio “complejo de útero” y dejar de proyectarlo como sombra sobre las parturientas, oscureciendo sus conciencias, cuerpos, instintos, biología e intuición. Si ellos no están dispuestos a arrodillarse -casi reverencialmente- ante la mujer que está dando a luz, a escuchar sus gritos, a esperar mientras ella camina y deambula, sin ser rasurada ni tajeada, será muy conveniente que se corran a un costado y dejen a médicas/os, obstetras y parteras que sí están dispuestos a una nueva, y ancestral, cultura del parto donde la parturienta pueda reencontrarse con su cuerpo y con su poder creador, posicionándose como la protagonista del mismo.

La mayoría de las mujeres aceptan el parto horizontal-patriarcal porque no conocen otra cosa que hospitalizarse como enfermas. Modificar esta situación no sólo corresponde al Estado, las facultades de medicina y a la práctica médica sino a las mismas mujeres que tendremos que cambiar física y mentalmente las actitudes hacia el parto.* escritora y periodista, experta en tradiciones de las diosas

1.Las figuras de diosas y mujeres pariendo que se mencionan en la nota, se pueden encontrar en el libro La Diosa, de Adele Getty, Editorial Debate, con excepción de la figura de Pachamama en “Argentina Indígena” de Ibarra Grasso, ed. Tea.
2. Historia de las Grandes Civilizaciones, Tomo II. Viscontea.
3. Diario Página 12, 17-10-03
4. La Diosa, de Adele Getty

*Analía Bernardo

periodista y escritora argentina
http://carpasrojas.org/wopr/2010/08/parir-como-las-diosas/

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Sanidad retira la vacuna Rotateq

Me parece un debate interesante...

Publicado por vanesa diaz gonzalez el junio 12, 2010 en red de lunas

Hace un par de días os informábamos de que la Asociación Española de Pedriatría daba via libre a la vacunación contra el rotavirus con las vacunas Rotateq y Rotarix. Pues bien, ayer la Agencia Española del Medicamento daba marcha atrás y decretaba que la vacuna de marca “Rotateq” sea retirada por encontrarse en ella trazas de virus porcinos.

Las agencias europeas de medicamentos están evaluando el hallazgo de fragmentos de ADN de circovirus porcino de los tipos 1 y 2 (PCV-1 y PCV-2) en la vacuna Rotateq®. Aunque no hay ningún dato que sugiera que la presencia de estos fragmentos de ADN suponga un riesgo para la salud, estos fragmentos no deberían estar en esta vacuna y por tanto la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recomienda, como medida de precaución y en tanto no se concluye la investigación, no iniciar la vacunación frente a la gastroenteritis por rotavirus con la vacuna Rotateq®.

Llevamos unos meses con la aparición de alertas y noticias sobre determinadas vacunas que nos aseguran un día que son seguras y al día siguiente las retiran por contener algunos productos poco recomendables.

Sin embargo, la Agencia Española del Medicamento tranquiliza a los usuarios previos de esta vacuna. No hay efectos negativos en la salud, afirman.

En niños que ya han recibido Rotateq® no es necesaria ninguna acción más dado que la eficacia de la vacunación no está en cuestión y no presenta ningún problema de seguridad. No hay ningún dato que sugiera que la vacunación con Rotateq® haya podido producir daño alguno por lo que no es necesario un seguimiento especial.

La verdad, empiezo a estar un poco harta del tema de las vacunas. Ya, el incocular a los niños con estos productos es algo que me hace preocuparme, por más que sea adecuado el evitar enfermedades graves, sigo pensando en que el sistema inmune tiene que verse afectado de alguna manera. Y en el caso de enfermedades que no causan en nuestro entorno serios problemas veo innecesaria la vacunación.

Pero lo que ya me parece intolerable es este ir y venir de retiradas de vacunas, que terminan creando gran confusión y desconfianza en los usuarios. La retirada preventiva de la vacuna “Rotateq” , que hace dos días se aseguraba como adecuada, aunque nos hable de una actitud protectora, hace estar inquietos y preguntarnos sobre la forma en la que se producen estos medicamentos. ¿Os sentís seguros vosotros?

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Yo hace tiempo que me decanté sobre su no uso ni abuso... tengo experiencia tanto con ellas como si ellas, y por ello, lo tengo muy muy claro.

Podeis profundizar en el tema vacunas en esta página, no tiene desperdicio y tiene bastantes referencias a estudios cientificos y bibliografía sobre el tema.
http://wordpress.eldedoenlallaga.com/category/vacunas/

sábado, 4 de septiembre de 2010

II Jornadas Provinciales de lactancia Materna en Huercal-Overa

Son gratuitas. En proceso de acreditación por la ACSA. 80 plazas por orden de inscripción, tiene preferencia el personal sanitario relacionado con el tema. Enviar por fax o e mail la hoja de inscripción adjunta. Plazo de inscripción: 1 de octubre al 15 de noviembre. Ante cualquier duda o problema contactar con el coordinador: Jorge 66 44 05 804, jorgediazsaez@gmail.com

Viernes 19 de Noviembre 2010

· 16 - 16´30: Inauguración y presentación de las jornadas

· 16´30 – 17´30: La figura del consejero internacional de lactancia materna (IBCLC):
cómo serlo, funciones (Mª Victoria Mesa Somé, matrona, hospital Costa del Sol. Marbella)

· 17´30 – 18´30: Consulta de lactancia materna del hospital de Yecla (Murcia) (Mª Isabel Maestre Martinez, DUE, hospital de Yecla. Murcia)

· 18´30 – 19: Descanso

· 19 – 20´45: Talleres -serán los mismos los dos días y simultáneos-:

1. Habilidades del nuevo concepto de postura del bebé-madre al pecho (Encarna Pastor Torre. Miembro de Lactando. Murcia)

2. Habilidades de comunicación como herramienta fundamental a la hora de trabajar con las madres (Daniel Catalán Matamoros, fisioterapeuta, Escuela Ciencias de la Salud, Universidad de Almería)

Sábado 20 de Noviembre 2010

· 9 - 10: Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia: Hospitales y Centros de Salud Amigos de los Niños (y de las madres). (Jorge Díaz Sáez, DUE, Hospital La Inmaculada. Huercal-Overa, Almería)

· 10 - 11: Actualización del tratamiento médico de la mastitis puerperal. (Francisco Vera Espallardo. Médico de familia. Centro de salud. Segorbe. Castellón)

· 11 – 11´30: Descanso

· 11´30 – 13´15: Talleres -serán los mismos los dos días y simultáneos-:

1. Habilidades del nuevo concepto de postura del bebé-madre al pecho. (Encarna Pastor Torre. Miembro de Lactando. Murcia)

2. Habilidades de comunicación como herramienta fundamental a la hora de trabajar con las madres (Daniel Catalán Matamoros, fisioterapeuta, Escuela Ciencias de la Salud, Universidad de Almería)

· 13´15: Clausura

Las rabietas

Imaginemos una escena: Una mujer espera ansiosa a su marido, deseosa y necesitada de que su esposo la abrace y converse con ella. Pero sabe que este hombre no suele ser afectuoso corporalmente. Por lo tanto hace ya mucho tiempo que la mujer en cuestión no se lo pide, aunque crece su frustración, enojo y soledad. Cuando el marido le solicita algo, por ejemplo, que le traiga un café a la cama; ésta estalla a través de gritos llenos de rencor y desesperación.
Imaginemos que este hombre solicita una consulta médica porque su mujer hace rabietas sin motivos. O que se junta con sus amigos para contarles que su mujer está loca y que hace rabietas a repetición y no hay forma de hacerla entrar en razones. ¿Nos resulta graciosa la imagen? ¿Tal vez algo ridícula?
Ahora traslademos por un instante esta situación imaginada a la realidad emocional de un niño pequeño. Un niño cualquiera que no sabe cómo pedir lo que necesita, porque lo ha intentado con magros resultados. Ha pedido brazos, mirada, o sencillamente presencia. Pero se le ha hecho saber que su pedido era desmedido o fuera de lugar.
Ese niño a veces enloquece en su desesperación por satisfacer alguna necesidad básica, posiblemente no comprendida por el adulto. Entonces grita, hace berrinches, da patadas, se tira al suelo, llora, se tapa los oídos, tose, vomita; en fin, nos ofrece un espectáculo atroz, sobre todo cuando nos sucede en la fila para entrar a ver un espectáculo de títeres, o durante un almuerzo familiar con tíos, suegros y padrinos como testigos. No es necesario aclarar que nos inunda una imperiosa necesidad de desaparecer de la faz de la tierra en ese preciso instante. Y si fuera posible, también devolveríamos a ese niñito no sabemos bien dónde ni a quién.
Hasta aquí, todas las madres y los padres sabemos de qué estamos hablando. ¿Qué hacer? Tenemos dos opciones:
Uno) Ponernos de acuerdo entre los adultos, asegurando que los niños están imposibles, que las rabietas se les pasarán cuando crezcan y que lo mejor es no darles importancia; o
Dos) Interesarnos en comprender qué le pasa al niño. Para esta última decisión, será menester “rebobinar la película”, y averiguar especialmente qué le estuvo pasando al niño ANTES de la famosa y estruendosa rabieta.
En la mayoría de los casos, hubo pedidos genuinos, respecto a la necesidad de ser mirados, a los pedidos de introspección, de desaceleración de ritmos familiares, a la necesidad de contacto, de escucha, de acercamiento a sus mundos internos. Claro, que todo esto pertenece al universo sutil de los sentimientos, que en principio es “invisible a los ojos”.
El problema es que cuando los adultos no logramos reconocer con sencillez y sentido lógico una necesidad personal, tampoco podemos comprender la necesidad específica del otro, y menos aún si está formulada en el plano equivocado. Generalmente, sin darnos cuenta, pedimos lo que creemos que será escuchado y no lo que realmente necesitamos. A este fenómeno tan frecuente y utilizado por todos nosotros, lo llamaremos “pedido desplazado”. Así las cosas, si sé de antemano que una necesidad no tiene posibilidades de ser escuchada, la voy a expresar a través de otro deseo “escuchable”. Pero así es como se instala el malentendido.
En relación a los niños esta situación es tan corriente que la vida cotidiana se convierte en “un campo de batalla”. Levantarse para ir a la escuela, comer, bañarse, ir de compras, hacer la tarea, llegar o irse de algún lugar, ir a un restaurante en familia, todo parece ser “una lucha” no se sabe muy bien contra quién. Y hemos encontrado un rótulo muy de moda aplicable a casi cualquier situación: “a este niño le faltan límites”, “es un niño caprichoso” o “con sus rabietas no conseguirá nada bueno”.
Si nos enfrascamos en estas creencias, es poco lo que podremos hacer para ayudar al niño a expresarse y encausar su necesidad hacia una resolución posible y para que los adultos podamos compartir momentos felices con los niños, fuera del estrés de quedar atrapados en el circuito de las imparables rabietas.
Para ello, puede resultarnos muy útil ponernos en el lugar de los niños. Imaginarnos en sus cuerpos y en su confusión, en la imposibilidad de comunicar lo que genuinamente les pasa ya que frecuentemente piden “lo que puede ser escuchado”, por lo tanto, los adultos no logramos llegar hasta la necesidad real.
Esto no significa que los adultos tenemos la obligación de “hacer todo lo que al niño se le antoje” ni responder ciegamente a pedidos incomprensibles. Lo que sí tenemos la obligación de hacer, es enterarnos. Ayudarlo a comprender qué necesita. Conversar. Dialogar. Transmitir al niño lo que a nosotros, los adultos, también nos pasa. Y darnos cuenta que tenemos que llegar a algún tipo de acuerdo donde los deseos de unos y otros puedan coexistir.
Si somos capaces de generar espacios de intercambio con el niño pequeño, constataremos que las rabietas desaparecerán. Porque el niño se sentirá escuchado y tenido en cuenta, independientemente si “eso” que deseaba podrá ser o no satisfecho. La prioridad reside en haber sido comprendido por el adulto amado. Dentro de esa relación abierta, de confianza y diálogo, el niño puede pedir lo que quiera, también puede recibir un “no” explicado con sencillez, relacionado con la capacidad o limitación del adulto. De ese modo todos accedemos y compartimos la realidad emocional de todos. Nadie queda excluido. Y ya no será imprescindible comprar un caramelo o vestirse a tiempo. Ninguna situación exigente para el niño devendrá imposible de asumir, porque el niño no estará solo. Sabrá que haga lo que haga, o necesite lo que necesite, los padres estarán cerca para comprenderlo, y encontrar juntos maneras posibles de satisfacerlo.
Esta manera de encarar el “problema de las rabietas” trae consigo otra ventaja: los niños podrán acceder a la realidad de los adultos, interesándose por sus padres y haciendo esfuerzos por comprender el mundo de las personas grandes. Esto les amplía la percepción del mundo, se vuelven niños curiosos y deseosos de saber más, comprender más, y de participar en el intercambio emocional.
Laura Gutman