Aunque sigue latente la necesidad de dedicarme a mi misma, hoy he aceptado mucho mejor la situación.
Se alejan la broncas...
Se acerca la permisividad.
Aunque siga resultándome muy intenso cuidar sola de mis cuatro hijos.
Cuando Sunie llega a casa la tarea es mucho más liviana... sólo por el hecho de poder hablar con un adulto todo se se pone en otro lugar.
Además llevo dos días con la sombra detrás de mi, la sombra que me recuerda constantemente que mañana se van con su padre quince días... uffff.... y yo regañándoles.
¡¡Cuántas contradicciones!!
¡¡Que alguien exhorcise esta culpa!!
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