“En las escuelas de medicina todavía se habla de feto como el producto del embarazo y con una terminología así de neutra, no hay duda que nadie le adscribe ni inteligencia, ni pensamientos, ni mucho menos sentimientos ni decisiones. Inclusive las personas que asomamos las posibilidades de estas cualidades y virtudes en los bebés, muchas veces somos tildados de sentimentales y llenos de sensiblerías. Pero es una realidad que la psicología pre y peri-natal son una especialidad que en una gran parte del mundo ha seguido caminos paralelos con la obstetricia sin encontrarse nunca. .
¿Cómo podemos saber lo que pasa en los embriones, fetos y bebés? Hay desde hace varias décadas trabajos no solo con el comportamiento in útero y afuera del útero del feto, como respuesta a diferentes estímulos como luz, tacto, ruidos agudos, ansiedad, calor, etc. También adentro del útero hay, hoy en día se sabe, estímulos directos como tacto y sustancias que afectan las papilas gustativas y los neurotransmisores.
Lo más importante creemos hoy son los trabajos directos con pacientes en regresiones- durante terapia- a sus vidas intrauterinas y al momento del parto. Pensamos que estas vivencias directas, habladas en lenguaje adulto y comprobables con los padres, que han podido afirmar lo certero de las descripciones, de las circunstancias del parto, las personas presentes, posiciones en el momento de la expulsión, manipulaciones necesitadas, etc..han abierto los ojos a la realidad que los niños/as al nacer llegan con todos sus sentimientos y sus facultades intelectuales asombrosamente desarrollados y maduros para comprender el mundo exterior, sentir, y especialmente para sacar conclusiones y tomar decisiones al momento de nacer, que muy a menudo duran toda la vida. Estas decisiones son determinantes en la manera que el recién nacido se ve a sí mismo, a su capacidad, su relación con otros y su idea sobre el mundo.
Todos los seres humanos tenemos un recuerdo de nuestro parto, nuestra vida intrauterina y de nuestra concepción en nuestro subconsciente, en diferentes partes de nuestro cuerpo e inclusive existe una memoria celular inclusive como organismo unicelular, el ser humano vive acompañado y guiado por intensas emociones y sentimientos.
La vida intrauterina, da origen a múltiples experiencias.
Durante la vida intrauterina el feto está influenciado por condiciones locales, fisiológicas y mecánicas del embarazo, así como por condiciones externas. La relativa libertad de movimientos en los primeros meses se cambia al progresar el embarazo. El feto en este recinto explora su realidad, su cuerpo, sus reacciones, su posiblidad de tocar, chupar y jugar, y también su inmediata vecindad, como el cordón y la placenta. laten a su propio ritmo y son para el feto una extensión de él mismo, así como su primer objeto de amor. También tiene su importancia las condiciones de buen crecimiento, buena nutrición y oxigenación.
Tenemos que perder la noción que todos venimos iguales al mundo (tabla rasa) porque ya las vivencias prenatales nos preparan para experiencias distintas.
En los partos normales nunca se toma en cuenta el parecer del recién nacido. Sabemos que el bebé da por vía hormonal la señal del comienzo del parto, pero ¿cuántas veces lo respetamos?
El uso rutinario y exagerado de la inducción no le respeta al bebé su ritmo natural, y para el no solo es una sorpresa, sino que lo fuerza a comenzar un trabajo sin estar prevenido ni preparado. La obstetricia moderna, con sus instrumentos, sus salas frías, sus monitores, aire acondicionado e intervenciones agresivas, son sin duda la respuesta ideal delante de la patología que siempre existe en cierto porcentaje de los casos. Pero su existencia y la posibilidad de su uso es de gran estrés para la futura madre. También el bebé recibe el estrés materno por la misma vía y ya el estrés no es solamente en el momento del parto, sino inclusive en el tiempo anterior a este.
Queremos tener madres bien definidas en su maternidad y felices con su experiencia y con este sentimiento victorioso del trabajo bien hecho. Asi también queremos tener recién nacidos con autoestima alta, sintiéndose amados por los padres en un mundo amable y con la sensación de haber logrado una salida exitosa a este mundo por sus propios medios. Los bebés si tienen su propia idea sobre si quieren o no nacer.
Stanislao Grof, psiquiatra, quien durante muchos años se ha dedicado a renacimientos, describe cuatro tipos de personalidades:
El que mentalmente se encuentra en el estado pre -parto en el útero
El que se encuentra con la compresión de las contracciones uterinas y tiene que decidir lanzarse en el canal del parto.
El que se encuentra en el canal del parto.
Y el que se encuentra abandonado en el gran mundo sin comprender dónde está y sintiéndose realmente solo y sin vínculo.
. El canal de parto es para el bebé un largo túnel más o menos estrecho, donde él tiene que pasar ayudado por las contracciones del útero y de los músculos vaginales y por su propia actividad. (son sensaciones de placer y dolor), que son muy importantes para su futura vida sexual.
Podemos así decir que no existe realmente un parto sin trauma, aunque dura y traumática siempre es un motivo de goce
Es importante que el obstetra conozca las profundas implicaciones que tiene este apurar el proceso fisiológico en la psique del bebé. Sumado al proceso post natal que es el medio ambiental (frío, luz, ruido, maltrato) todas inciden en las emociones que recibe el bebé y son muy importantes para condicionarlo el resto de su vida.
El recién nacido llega no solo provisto con sus cinco sentidos, sino que es supersensible a todo comentario o trato en las primeras horas. El cordón y la placenta representan para el recién nacido la continuación de su propio ser. Han sido sus compañeros durante su vida intrauterina. Dicho corte si no se espera su ritmo de dejar latir, produce en el bebé dolor y separación.
Cómo aliviamos la experiencia del bebé al nacer? Repetimos que el parto espontáneo es imperativo, así como un ambiente tranquilo y sereno, donde la madre se sienta segura y apoyada para que ella transmita este ambiente al bebé. Seguridad afectiva que viene de la cercanía del esposo y seguridad profesional que proviene de la presencia del médico o la matrona presente. Condiciones físicas favorables, para que la madre se pueda concentrar en su gran labor , música, masaje o agua para relajarse y así dejar a su cuerpo trabajar instintivamente, lo que al final siempre beneficia al bebé.
Somos lo que somos según nuestros orígenes y experiencias y servíremos al futuro según nuestra idea de nosotros y del mundo. Depende solo de nosotros los padres y los médicos del ser del futuro como preparamos su venida al mundo. De manera inconsciente o consciente se lo podemos facilitar o destruir desde el comienzo.
Seamos conscientes, amables y responsables y preparemos un mundo bueno para los que nos van a seguir. Realmente los padres se preparan para sus propios hijos y los médicos nos preparamos para todos los niños.
Al fin todos los niños son de todos”.
Dra. Eva Gundberg
¿Cómo podemos saber lo que pasa en los embriones, fetos y bebés? Hay desde hace varias décadas trabajos no solo con el comportamiento in útero y afuera del útero del feto, como respuesta a diferentes estímulos como luz, tacto, ruidos agudos, ansiedad, calor, etc. También adentro del útero hay, hoy en día se sabe, estímulos directos como tacto y sustancias que afectan las papilas gustativas y los neurotransmisores.
Lo más importante creemos hoy son los trabajos directos con pacientes en regresiones- durante terapia- a sus vidas intrauterinas y al momento del parto. Pensamos que estas vivencias directas, habladas en lenguaje adulto y comprobables con los padres, que han podido afirmar lo certero de las descripciones, de las circunstancias del parto, las personas presentes, posiciones en el momento de la expulsión, manipulaciones necesitadas, etc..han abierto los ojos a la realidad que los niños/as al nacer llegan con todos sus sentimientos y sus facultades intelectuales asombrosamente desarrollados y maduros para comprender el mundo exterior, sentir, y especialmente para sacar conclusiones y tomar decisiones al momento de nacer, que muy a menudo duran toda la vida. Estas decisiones son determinantes en la manera que el recién nacido se ve a sí mismo, a su capacidad, su relación con otros y su idea sobre el mundo.
Todos los seres humanos tenemos un recuerdo de nuestro parto, nuestra vida intrauterina y de nuestra concepción en nuestro subconsciente, en diferentes partes de nuestro cuerpo e inclusive existe una memoria celular inclusive como organismo unicelular, el ser humano vive acompañado y guiado por intensas emociones y sentimientos.
La vida intrauterina, da origen a múltiples experiencias.
Durante la vida intrauterina el feto está influenciado por condiciones locales, fisiológicas y mecánicas del embarazo, así como por condiciones externas. La relativa libertad de movimientos en los primeros meses se cambia al progresar el embarazo. El feto en este recinto explora su realidad, su cuerpo, sus reacciones, su posiblidad de tocar, chupar y jugar, y también su inmediata vecindad, como el cordón y la placenta. laten a su propio ritmo y son para el feto una extensión de él mismo, así como su primer objeto de amor. También tiene su importancia las condiciones de buen crecimiento, buena nutrición y oxigenación.
Tenemos que perder la noción que todos venimos iguales al mundo (tabla rasa) porque ya las vivencias prenatales nos preparan para experiencias distintas.
En los partos normales nunca se toma en cuenta el parecer del recién nacido. Sabemos que el bebé da por vía hormonal la señal del comienzo del parto, pero ¿cuántas veces lo respetamos?
El uso rutinario y exagerado de la inducción no le respeta al bebé su ritmo natural, y para el no solo es una sorpresa, sino que lo fuerza a comenzar un trabajo sin estar prevenido ni preparado. La obstetricia moderna, con sus instrumentos, sus salas frías, sus monitores, aire acondicionado e intervenciones agresivas, son sin duda la respuesta ideal delante de la patología que siempre existe en cierto porcentaje de los casos. Pero su existencia y la posibilidad de su uso es de gran estrés para la futura madre. También el bebé recibe el estrés materno por la misma vía y ya el estrés no es solamente en el momento del parto, sino inclusive en el tiempo anterior a este.
Queremos tener madres bien definidas en su maternidad y felices con su experiencia y con este sentimiento victorioso del trabajo bien hecho. Asi también queremos tener recién nacidos con autoestima alta, sintiéndose amados por los padres en un mundo amable y con la sensación de haber logrado una salida exitosa a este mundo por sus propios medios. Los bebés si tienen su propia idea sobre si quieren o no nacer.
Stanislao Grof, psiquiatra, quien durante muchos años se ha dedicado a renacimientos, describe cuatro tipos de personalidades:
El que mentalmente se encuentra en el estado pre -parto en el útero
El que se encuentra con la compresión de las contracciones uterinas y tiene que decidir lanzarse en el canal del parto.
El que se encuentra en el canal del parto.
Y el que se encuentra abandonado en el gran mundo sin comprender dónde está y sintiéndose realmente solo y sin vínculo.
. El canal de parto es para el bebé un largo túnel más o menos estrecho, donde él tiene que pasar ayudado por las contracciones del útero y de los músculos vaginales y por su propia actividad. (son sensaciones de placer y dolor), que son muy importantes para su futura vida sexual.
Podemos así decir que no existe realmente un parto sin trauma, aunque dura y traumática siempre es un motivo de goce
Es importante que el obstetra conozca las profundas implicaciones que tiene este apurar el proceso fisiológico en la psique del bebé. Sumado al proceso post natal que es el medio ambiental (frío, luz, ruido, maltrato) todas inciden en las emociones que recibe el bebé y son muy importantes para condicionarlo el resto de su vida.
El recién nacido llega no solo provisto con sus cinco sentidos, sino que es supersensible a todo comentario o trato en las primeras horas. El cordón y la placenta representan para el recién nacido la continuación de su propio ser. Han sido sus compañeros durante su vida intrauterina. Dicho corte si no se espera su ritmo de dejar latir, produce en el bebé dolor y separación.
Cómo aliviamos la experiencia del bebé al nacer? Repetimos que el parto espontáneo es imperativo, así como un ambiente tranquilo y sereno, donde la madre se sienta segura y apoyada para que ella transmita este ambiente al bebé. Seguridad afectiva que viene de la cercanía del esposo y seguridad profesional que proviene de la presencia del médico o la matrona presente. Condiciones físicas favorables, para que la madre se pueda concentrar en su gran labor , música, masaje o agua para relajarse y así dejar a su cuerpo trabajar instintivamente, lo que al final siempre beneficia al bebé.
Somos lo que somos según nuestros orígenes y experiencias y servíremos al futuro según nuestra idea de nosotros y del mundo. Depende solo de nosotros los padres y los médicos del ser del futuro como preparamos su venida al mundo. De manera inconsciente o consciente se lo podemos facilitar o destruir desde el comienzo.
Seamos conscientes, amables y responsables y preparemos un mundo bueno para los que nos van a seguir. Realmente los padres se preparan para sus propios hijos y los médicos nos preparamos para todos los niños.
Al fin todos los niños son de todos”.
Dra. Eva Gundberg
(ginecóloga y obstetra)
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