En apenas unos días...

Hoy ha sido el día en que las emociones han invadido mi cuerpo, me han tomado por completo y se han permitido salir. Hoy he registrado lo que en apenas unos días sucederá.

Yeray entrará al colegio.

Entrará a Primero después de seis años y medio al amparo y cobijo de su madre, como sentía que debía ser.
Seis años en los que ha sido tan libre como yo le he permitido, que ha sido mirado tanto como he sido capaz de mirar, que ha sido abrazado y sostenido tanto como he podido o sabido... que seguramente no haya sido todo lo que él ha deseado pero en todo momento era yo, su madre, que cada día se revisa para crecer.
Pero ahora las cosas cambian radicalmente y estoy muerta de miedo. De miedo, de pena, de rabia... porque siento que lo entrego, que su madre lo entrega a una institución donde no le conocen y que el esfuerzo que hagan por conocerle (si lo hacen) no será suficiente. Y quizás, solo quizás, la idea sea hacerlo uno parecido a los otros, hacerlo uno más cuanto antes.
Y qué se yo de quién es realmente el/la que se encargará de "enseñar" a mi hijo. Qué se yo de lo que piensa, de lo que siente, si amparará a mi pequeño, si lo entenderá, si lo respetará en su diferencia, si lo escuchará sin que él tenga que decir lo que aún no sabe nombrar...
Y si yo estoy muerta de miedo... ¿cómo estará él? que me mira y me dice "mamá yo no quiero ir al colegio, prefiero quedarme en casa". Qué sabe él de hacer fila antes de entrar, qué sabe él de quedarse sentado quieto toda la mañana, qué sabe él de escuchar y atender aquello por lo que no siente curiosidad...
Y yo, yo no tengo fuerzas de quedarme con él en casa, no tengo fuerzas de sostener todo lo que eso significa.
Es tan agridulce... si mi pequeño niño indómito no se adapta, para mi, esta madre rara, sería una buena señal. Como alguien dijo alguna vez: "no es sano estar adaptado a un sistema profundamente enfermo", pero él, él quizás lo pasara mal. Y si se adapta, ay si se adapta, indicará que ya entró en el redil, que lo domesticaron, que Yeray ya no suena con esa nota única que solo él sabe hacer sonar.... que ya suena como todos.
Un enorme oleaje de emociones recorre mi alma, mi corazón y mi cabeza... Es el tercer hijo que entrego al sistema y ya empieza a doler y mucho.
Yeray me despertó a la maternidad consciente, al parto natural y en casa... Yeray me enseñó a ser la única responsable de mi salud y la de los mios.... Yeray es mucho Yeray para esta madre.... duele.
¿Exagero? Quizás si, pero es lo que siento.

Recuerda Yeray:

Si aprendes a leer, seguirás siendo Yeray

si no aprendes a leer, seguirás siendo Yeray

Si haces los deberes, seguirás siendo Yeray

si no los haces, seguirás siendo Yeray

Si te califican con un 10, seguirás siendo Yeray

si te califican con un 2, seguirás siendo Yeray...

Nada, absolutamente nada, puede añadir o quitar a lo que ya eres,

un ser de luz