¿Pudo intervenir en su parto?
"¡Pero si no podías abrir la boca! Aquello era como una cadena de montaje en la que te iban diciendo lo que tenías que hacer y, además, al estilo militar, según las matronas, para que no te descontrolaras. Y, a la mínima que levantabas la voz, ya había alguna que te decía eso de ¡mujer, que por ahí pasamos todas; no seas quejica!". Belén Cid, de 43 años, recuerda "con horror" su primer parto en un hospital público. El segundo fue mejor, "pero no porque hubiera cambiado la cadena de montaje, sino porque yo ya sabía de qué iba la cosa", asegura.
Su experiencia no es en absoluto única. Se ha repetido miles de veces al día durante las últimas décadas. Pese a que el parto es el acto más personal de la mujer, se ha convertido en algo completamente institucionalizado, en que la voz de la protagonista apenas es audible. Para paliar esta situación, el Ministerio de Sanidad acaba de editar un documento destinado a las maternidades de los centros hospitalarios con una batería de recomendaciones dirigidas a reforzar la información y la toma de decisiones de la parturienta. Este texto se enmarca dentro de la Estrategia al Parto Natural de Sanidad, y recomienda, entre muchos puntos, que se permita a la mujer elegir la postura a la hora del parto.
"Siempre dicen que cuando ves al bebé, todo se te olvida... Pues a mí, doce años después del nacimiento de mi hijo, aún no se me ha olvidado el dolor tan inhumano de riñones que sufrí. Estaba tumbada, inmovilizada con cables metidos (monitorizada) y los riñones me estaban matando, mientras la matrona me regañaba por no estarme quieta. ¡pero si no podía!... Al final accedieron a que me pusiera de pie. Y el dolor fue más llevadero", dice Elena Sánchez, de 44 años.
La estrategia de parto natural se plantea como objetivos "incorporar la participación activa de las gestantes en la toma de decisiones informadas, para que las mujeres sean y se sientan protagonistas", así como fomentar "la consideración del parto como un proceso fisiológico a la vez que su reconocimiento como acontecimiento singular y único en la vida de las mujeres". Objetivos que, de puro obvio, revelan que, en España, hace muchos años que parir es de todo menos un proceso natural.
Y para que la mujer recupere ese momento con todas las garantías y seguridad, se propone que se evite la "práctica rutinaria" de actividades que, en ocasiones, resultan desagradables e, incluso, denigrantes, como los enemas o la rasuración del periné. En este caso, se recomienda que si hay que realizar una sutura, se proceda "en ese momento" al afeitado parcial del vello pubiano. En cuanto a la episiotomía (corte en el perineo), se pide que se realice de manera selectiva y que no suturen "los desgarros leves".
Un punto destacado se refiere a la elección de la postura, tanto en el proceso de dilatación, como en la expulsión, siempre y cuando no haya riesgos para la gestante y el bebé. Se insta a permitir a la mujer a deambular mientras está dilatando, así como ingerir líquidos. Y se recomienda a los profesionales que no realicen amniotomía (romper la bolsa amniótica) si no es necesario, ni usen oxitocina si el progreso del parto es el adecuado.
"Todavía no he podido olvidar la cara de la auxiliar mientras me limpiaba el vómito que me sobrevenía cuando me llegaba una contracción. Yo intentaba poner en práctica lo que me habían enseñado en las clase de parto sobre la respiración, pero las contracciones eran tan rápidas que no me daba tiempo… Me habían puesto oxitocina. ¿Por qué?, pregunté. Su respuesta fue que la noche era tranquila y que era mejor adelantar los partos en previsión de que vinieran más parturientas... ¡Y yo que pensaba que parir era algo natural!", explica María López.
De casa al hospital
¿Cuándo la mujer dejó de ser protagonista de algo que le es tan propio como parir? "El día que abandonó su cama donde siempre había dado a luz a sus hijos y se trasladó al hospital. Allí, los profesionales sanitarios le arrebataron su papel, convencidos de que ese espacio es exclusivamente de ellos, un espacio jerarquizado, con sus propias leyes. Ese día, allá por los años cincuenta y sesenta, el parto dejó de ser natural". Quien así habla es la comadrona Nuria Torras, quien cree, sin embargo, que las parturientas volverán a recuperar el protagonismo que les corresponde "en breve". "Las mujeres exigirán su derecho a dirigir su parto, derecho contemplado por la Organización Mundial de la Salud. Es una cuestión de tiempo", asegura.
La Vanguardia. 9 de junio de 2009
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