domingo, 30 de diciembre de 2012

Día 12 del ciclo

En pleno proceso gripal la lumbalgia se apoderó de mi... tanto que mi columna no era capaz de sostenerme erguida... están siendo unos días duros porque aunque estoy mejor el dolor continua. Habré de revisar que ideas y creencias están provocando y sosteniendo este dolor, aunque confieso que no me será muy difícil, verlas, claro, otra cosa será modificarlas :)
Hay días en que los niños despiertan en mi una tristeza profunda, quizás porque estoy a caballo entre la preovulación y la ovulación.
Mi hijo de seis años sube corriendo a la planta de arriba de la casa para hacer pipí y de paso "chinchar" a su hermana de cuatro  que ya iba camino del aseo. Al momento baja llorando y me dice:

- Mamá ¿ por qué Neith y Izan no son hijos de papá?¿por qué tienen que estar Suni y Teté? Ellos siempre me regañan...

Siento como mi corazón se encoge y se va haciendo pequeño... empatizo con ese corazón de niño de padres separados... conecto con su tristeza. Que conste que tanto su padre como yo también le reñimos, pero es evidente que la energía es diferente, que el vínculo es otro.
Esa pregunta despierta en mi algunos interrogantes que solo me conducen a la culpa y a la tristeza, ambas excelentes herramientas de mi ego, eso también lo sé.

Mientras el acurruco entre mis brazos le susurro cerca de su oído...

- Te quiero muuuucho hijo, eres un niño genial, genial de verdad. Papá y mamá lo saben, papá y mamá te ven... a algunas personas les cuesta más verlo pero les vamos a ayudar a que se den cuenta de lo genial que eres.

Y le he mecido como cuando era mi pequeño bebé hasta que (rápidamente, ya sabeis como son los niños) se ha calmado... y a otra cosa mariposa, como si nada hubiese sucedido. Realmente la que se identifica soy yo, la que se queda enganchada a la emoción es ésta que teclea... este puñetero ego.

Y le miro ahora de reojo como juega, metido en su presente con sus hermanas, y me digo.... quiero vivir esa continua eternidad, ese continuo presente... lo quiero para mi.

Gracias hijo por enseñarme... otra vez. 

2 comentarios:

  1. Me emociona leerte y a la vez se despierta en mi una inmensa tristeza e incertidumbre.Él sólo tiene 15 meses y hace 3 semanas que no estamos juntos. No se qué va a pasar ni como le va a influir esto a él. Un abrazo desde lo mas profundo de mi corazón.

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  2. Querida Yolanda, no te voy a decir que los niños son fuertes y salen adelante, pues aunque sea verdad lo que ellos anhelan dentro de su corazón es que sus padres sigan juntos... mi hija de 10 años aún lo desea y ya hace 6 años que nos separamos su papá y yo....
    Son procesos que todos, toda la familia eligió vivir, si hablamos de forma transcendental, lo elegimos para seguir aprendiendo en nuestra cadena evolutiva y no nos queda otra que seguir despiertas en la medida que podamos y hacerlo lo mejor que podamos y sepamos.
    Yo también te abrazo... aquí me tienes, nos tenemos, para lo que haga falta.

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