Mi niño se fue ayer de viaje de estudios, el mismo día que cumplia 11 años.
¿Cómo es posible que hayan pasado 11 años!!! de aquel desnaturalizado parto en que empezó mi camino de aprendizaje?
Cuando miro hacia atrás y observo como fue la crianza de mi hijo mayor ya no me fustigo por ello como lo hacía hace un tiempo, aquello fue mi proceso de aprender como madre y estoy segura de que Álvaro lo eligió así.
Álvaro se llevó todo el lote de crianza con desapego... desde luego yo no sabía lo que sé ahora.
Álvaro nació de un paro intervenido y acabó con ventosa... fue separado de mi nada más nacer durante 24 horas porque era muy grande y había que observarlo ¡qué vacío sentí entonces... imaginaos mi pequeño!
Álvaro durmió en su cuna desde que nació, y chupó chupete en lugar de mi pezón.
A los tres meses ya tomaba biberón por recomendaciones varias y ya había tomado también algún jarabe para tos y mocos...¡qué novata!
A Álvaro le sacamos de nuestra habitación cuando tenía ocho meses (en que estaría yo pensando!!) y le enseñamos a dormir con el método Stivill (es lo que más me cuesta digerir).
Curiosamente es el que peor ha dormido de mis hijos, con pesadillas y terrores nocturnos hasta los pasados 9 años.
A Álvaro le he dado cachetes en el culo (histerica) y en algún otro sitio no tan fácil de pronunciar para que aprendiera a obedecer.
Le quitamos el chupete bruscamente a los tres años.
Álvaro está escolarizado desde que tenía un año y mira que lloraba... lloró durante cuatro años cada vez que tenía que ir al cole.
Álvaro paseó en carro, nunca en portabebés, cerca de mi pecho.
Y Álvaro vivió la separación de sus padres cuando tenía 6 añitos, duro trago para todos y mucho más para los niños.
Pero le he amado con todas mis fuerzas de entonces... , que raro, llevar a cabo todo este listado y amar...
El caso es que de pronto cayó en mis manos el libro de Carlos Gonzalez "Bésame mucho" y fue para mi algo parecido a la caida de San Pablo del caballo en Damasco. Ese libro vibró tanto en mi corazón, en mi alma, que todo cambió para mi y para mi hijo. Él ya tenía 4 años.
Así que con mi nueva conciencia llegó el momento de compensar, de empezar de nuevo (porque nunca es tarde), de amar desde otro lugar, desde el corazón y las entrañas no desde la razón... aunque verdaderamente no con toda la fuerza que tengo hoy para hacerlo, que cosa que la edad me haya dado más fuerza para amar a mis hijos y darles lo que se merecen.
Pero a pesar de todo algo salió bien, a pesar de todo ha debido sentir amor detrás de cada acto, para mi ahora, equivocado, porque mi niño, el que ayer cumplió 11 años y al que no pude ver, mi niño digo es UN CIELO. Es un niño amable y generoso, es respetuoso y cariñoso, es cercano, familiar y guapíssssimo... y ahora estrá disfrutando como loco de su primera salida con amigos fuera de casa, tres diítas estará por ahí... ¡Qué la Diosa te guarde y te bendiga Álvaro!
Gracias por enseñarme tanto.
Felicidades a Alvaro por su cumpleaños y por la maravillosa madre que tiene, que ha aprovechado cada instante de la vida para aprender y para crecer como persona. Felicidades a tí Dara por toda la sabiduria que desprendes.
ResponderEliminarAlicia.
Desde luego nunca es tarde, el amor siempre tiene un hueco. Qué bien que Carlos González te mostrara la mujer que realmente eres!! A mí me ocurrió lo mismo cuando lo leí, me hizo vibrar por dentro, y sentí lo que debía hacer. Fue durante mi embarazo, así que Raúl se ha beneficiado de ello bien pronto. Y me alegro de que tras el proceso de aprendizaje seas capaz de ver que Álvaro te ha enseñado a ser madre, y no debes sentirte culpable.
ResponderEliminarUn abrazo amoroso!
Qué bonito Dara lo que has escrito...¡tu hijo puede estar orgulloso de su madre!
ResponderEliminarEres una mujer muy valiente!
hermoso, me lo llevo al facebook, oye puedo llevarmelo a libro magico, algun dia me gustaria que hablaramos sobre este tema El Tema :) te Abrazo.
ResponderEliminarMe siento apoyada y acogida con vuestros comentarios... encantada Aura del hablar sobre el TEMA.
ResponderEliminarUn abrazo hermanas