miércoles, 25 de febrero de 2009

Colecho

El 80% de los niños duerme en compañía
Art. de INÉS GALLASTEGUI

Entrevista a la psicóloga infantil Rosa Jove, autora del libro 'Dormir sin lágrimas.
Dejarles llorar no es la solución' facilita información teórica sobre cómo duermen los bebés y los niños pequeños y expone casos prácticos que ve en su consulta. «La mayoría de padres consulta por qué a su hijo le cuesta mucho dormirse o se despierta por la noche -explica la psicopediatra-. En ambos casos, a los niños no suele pasarles nada, son niños normales; lo que pasa es que sus padres no descansan y buscan soluciones».

-El sueño de los bebés y los niños es uno de los principales motivos de agobio para los padres. ¿Por qué?

Debido al ritmo de vida que llevamos, en que casi no tenemos tiempo ni para momentos de ocio, el hecho de tener un bebé que nos altere el descanso es un motivo de agobio. El problema no es de los niños, sino de nuestra sociedad, que no cuida a los padres y les obliga a llevar a cabo su trabajo en lugar de propiciar que puedan -durante el tiempo que el bebé necesite- compaginar más libremente su vida laboral y familiar. Ya hay medidas legales en este sentido, pero hacen falta muchas más.

-¿Cree que el problema es que los padres tienen unas expectativas poco realistas sobre cómo duermen los niños pequeños?

Sí, en muchos casos ese es el principal problema. Y ese problema está fundamentado en los intereses comerciales: si no te hacen creer que tienes un problema, no vas a comprar soluciones: libros, métodos, muñecos, etcétera. Actualmente, una gran parte de la información que corre sobre el sueño no es cierta y por eso en mis charlas suelo dedicar un espacio a informar a los padres de qué pueden esperar en cada momento de sus hijos.

-En el libro 'Dormir sin lágrimas' sugiere que son los padres los que deben adaptarse al ritmo del bebé y no al contrario. ¿Qué ocurre si los dos padres trabajan fuera de casa? ¿Cómo 'sobrevivirán' hasta que el sueño de su niño sea 'normal'?

A veces no nos planteamos que al tener un hijo nuestra vida puede cambiar: los padres deberían pensar que, si no tienen tiempo de sobra antes de tener un niño, mucho menos lo van a tener después. Por eso no estaría de más que antes de tener un bebé se buscaran soluciones laborables para que toda la familia pudiera estar atendida. No obstante, en nuestras charlas enseñamos a los padres trucos y soluciones para hacer más felices sus noches... y las de los niños.

-¿Cómo media, a qué edad aprenden los niños a dormir?

Los niños ya nacen sabiendo dormir, lo que pasa es que no lo hacen ni en las horas que los padres quieren ni en periodos muy largos de tiempo, pero eso es una cosa que ya harán con el paso del tiempo por sí solos. Las últimas estadísticas hablan de que un 81% de los niños se despiertan por la noche al año de edad y un 54% todavía lo hace a los 2 años, mientras que a los 4 años la mayoría ya duermen de un tirón.

-¿En qué circunstancias se considera que hay un problema?

Básicamente cuando hay un comportamiento 'extraño' por la noche -niños que no respiran bien, que hablan en sueños, sonámbulos, con pesadillas y terrores nocturnos-, junto con los niños que duermen muchas menos horas de lo habitual y aquellos que duermen demasiadas o que tienen ataques repentinos de sueño.

-¿Cómo influye la lactancia materna en el sueño?

La lactancia materna ayuda tanto al niño como a la madre. Respecto al niño, la leche materna contiene L-triptófano, que ayuda a dormir más, y el pecho de mamá da la seguridad y el relax necesario para dormir. Por lo que respecta a la madre, la lactancia incrementa sus niveles de prolactina y le ayuda a conciliar el sueño con más facilidad que si alimentase a su hijo de forma artificial.

-Usted es partidaria del colecho. Sin embargo, algunos manuales y pediatras lo desaconsejan.

El colecho es una practica habitual en nuestros días. Se supone que sobre un 80% de la población mundial de niños esta noche han dormido en compañía. Mucha gente piensa que eso sólo sucede en países tercermundistas, pero no es cierto: en Japón, Suecia, Noruega o Finlandia rayan el 90% de colecho. El que haya profesionales que lo desaconsejen es porque o están mal informados o tienen intereses en que se difunda lo contrario: un niño que duerme en compañía es un niño que duerme más, y por lo tanto sus padres no van a necesitar comprar nada para que duerma mejor.

-También critica duramente los métodos para enseñar a dormir a los niños. ¿Por qué?

Porque provocan en los menores secuelas emocionales, como depresiones, ansiedad e hiperactividad, pero también alteraciones a nivel de neurotransmisores y alteraciones a niveles cerebrales: se ha comprobado que los niños expuestos a estos tratamientos tienen alteraciones en el hipocampo -es más reducido- y en el cuerpo calloso, que es la parte que une los dos hemisferios cerebrales.

-La educación de los niños muchas veces implica contrariarles. Si nuestro criterio se impone en otros ámbitos, como la alimentación o los juegos peligrosos, ¿por qué hay que respetar su voluntad en el tema del sueño?

No es cierto que la forma de educar sea contrariando al menor, lo que pasa es que no tenemos una sociedad adaptada a los niños y hay situaciones peligrosas en que en lugar de reñirnos a nosotros por tenerlas reñimos a los niños por querer investigarlas: si mi hijo coge un cuchillo de la cocina la culpa es más mía por dejarlo a su vista que suya por querer cogerlo. No obstante, la contrariedad de un niño se supone que debe ser para cosas nocivas para él o para los que le rodean, no para algo tan inocuo como que elija la mejor forma para dormir. Los adultos lo hacemos cada noche. ¿Por qué a ellos les negamos ese derecho?

2 comentarios:

  1. el Colecho, es algo que cuando "nos estrenamos" como mamás, o al menos yó, lo pide el cuerpo, el de la madre y el del bebé, pero el resto del mundo se empeña en decirte, que así, lo malcriaremos... o cosas peores, pero yo os diré, que no he dormido, mejor que con mis bebes, y con mis niños, y que me parece raro, aislar a los niños en su dormitorio, cuando los adultos dormimos juntos y nos gusta dormir con quien queremos, pues a ellos igual, me encantó leer: Bésame Mucho, de Carlos Gonzalez y descubrir que más personas, pensaban como yó, os lo recomiendo

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  2. Gracias por tu comentario.
    Afortunadamente las mamás cada vez escuchamos menos otras voces y más a nuestr útero y nuestro corazón.

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